Tomar suplementos de colágeno es algo más que una moda pasajera aireada en las redes. Desde que Jennifer Aniston proclamara a los cuatro vientos que era una de sus rutinas beauty habituales, se ha convertido en un imprescindible para mantener la salud de huesos, uñas, musculatura y, por supuesto, piel elástica y firme.

¿Qué es el colágeno?
Lo primero que debemos saber es que el colágeno es una proteína con una misión fundamental: mantener las estructuras de nuestro cuerpo unidas. De hecho, el 7 por ciento, aproximado de nuestra masa corporal es colágeno. Huesos, músculos, tendones y, por supuesto, nuestra piel, se mantienen unidos gracias al colágeno. Gracias a su ayuda se forman las estructuras de nuestro organismo. Pero, además, tiene otra virtud: no solo nos aporta elasticidad y firmeza, sino que es clave en el nivel de hidratación.
Si nos centramos en la piel, se alía con la elastina para confirmar la estructura que mantiene su firmeza. Hasta aquí todo suena bien. Las complicaciones llegan con el paso del tiempo. Con el envejecimiento la fabricación de colágeno se reduce de manera paulatina pero inevitable y por eso surgen las arrugas, la sensación de tirantez en la piel, y, por lo tanto, la falta de flexibilidad.
¿Hablamos de un solo tipo de colágeno?
Otra cosa que te interesa conocer es que no existe un único tipo de colágeno. De hecho podemos hablar más de 19 aunque nos centraremos solo en algunos.
Colágeno Tipo 1. Más del 90% del cuerpo humano cuenta con este tipo de colágeno, sobre todo está presente en huesos, córnea, tendones o dermis. Es capaz de formar cadenas que aportan resistencia y elasticidad.
Colágeno Tipo 2. Lo encontramos en los cartílagos y en los ojos.
Colágeno Tipo 3. En músculos, venas y piel, normalmente en los órganos que se contraen y se expanden.
Colágeno Tipo 4. En el que vamos a centrarnos ya que se encuentra sobre todo en la piel y se encarga de darle el sostén necesario.
Colágeno en nuestra piel
Como comentábamos es clave a la hora de mantener su estructura y marca la diferencia entre una piel o un cabello sanos o desnutridos y desvitalizados. Y por eso es tan importante suplir las carencias cuando comienza a reducirse su producción de manera natural.
¿Qué podemos hacer para mantener sus niveles elevados?
1. Se pueden suplir sus carencias con colágeno hidrolizado, algo que podemos encontrar en polvo, pastillas o bebidas. Y puede ser de origen animal o marino.
2. También hay alimentos que nos ayudan como es el caso de los pescados azules, o las gelatinas.
3. Si te estás preguntando cuál es la edad más adecuada para empezar, la década de los 30 es clave. Es el momento en el que nuestro cuerpo reduce su producción- ojo, que en el caso de los hombres, se retrasa al menos 10 años porque la densidad de colágeno en su piel es más elevada-.
4. No solo beneficia a nuestra piel, reduciendo la aparición de arrugas y mejorando su densidad. También nos ayuda a prevenir la flacidez a nivel corporal.
5. Mejor si incorpora antioxidantes ya que nos ayuda a multiplicar sus efectos, a prevenir el estrés oxidativo en la piel, mejorando la elasticidad y los niveles de hidratación. Y es más que recomendable como complemento de los tratamientos en cabina y de nuestras rutinas beauty habituales.
Leer más

Hablar de longevidad hoy ya no es hablar únicamente de vivir más años, sino de cómo vivimos esos años. La verdadera aspiración no es sumar tiempo al calendario, sino ganar calidad de vida. Desde mi...

En más de cinco décadas de trayectoria he aprendido que la estética va mucho más allá de aplicar un tratamiento, recomendar una crema o proponer un masaje. La cabina se convierte, con el tiempo, en...

Cuando pensamos en cuidar nuestro cuerpo solemos dar prioridad al rostro, al abdomen o a las piernas. Sin embargo, los brazos son una de las zonas que más delatan el paso del tiempo y a la que meno...