Hoy quiero hablaros de un tema que preocupa a muchas personas que vienen a nuestros centros buscando una solución duradera: los puntos negros. Es uno de esos pequeños problemas que, aunque a veces pueden parecer insignificantes, tienen un gran impacto en la apariencia de la piel y en nuestra percepción frente al espejo. Y lo más importante: tienen solución, siempre que se traten con conocimiento, mimo y constancia.
¿Qué son los puntos negros y por qué aparecen?
Los puntos negros, también conocidos como comedones abiertos, son una forma leve de acné que aparece cuando los poros se obstruyen por un exceso de sebo, células muertas y otras impurezas. A diferencia de los granos inflamados, los puntos negros no tienen una capa de piel encima que los cubra, por eso su contenido queda expuesto al aire y se oxida, adquiriendo ese característico color oscuro. Hay varios factores que favorecen su aparición: desde la producción excesiva de grasa (algo muy habitual en las pieles jóvenes y mixtas), los cambios hormonales, la contaminación ambiental, el uso de productos inadecuados, e incluso una limpieza deficiente o poco constante.
¿Qué pieles tienen más tendencia a sufrirlos?
Aunque cualquier tipo de piel puede presentar puntos negros en algún momento, las pieles grasas y mixtas son las más propensas. También es habitual en pieles jóvenes o en etapas como la adolescencia o ciertos momentos del ciclo hormonal. Aun así, he tratado casos de pieles maduras con poros obstruidos, sobre todo si han usado productos demasiado densos o no han cuidado la higiene facial como se debe.
¿Se pueden eliminar y evitar?
La buena noticia es que sí, se pueden eliminar y mantener bajo control. Eso sí, no hay soluciones milagrosas de un día para otro. La constancia y el conocimiento son la base de cualquier rutina efectiva. Por eso, siempre insisto en la importancia de un diagnóstico personalizado antes de iniciar cualquier tratamiento. Cada piel es única y necesita una hoja de ruta distinta.
Cuidados en casa para prevenir los puntos negros
La limpieza diaria es el primer paso indispensable. Mañana y noche. Utilizar un limpiador adecuado a tu tipo de piel (en gel o espuma para pieles grasas, y más suave en el caso de pieles sensibles) es clave para mantener los poros libres de impurezas. Después de la limpieza, aplicar un tónico equilibrante ayuda a regular el pH de la piel y a cerrar ligeramente los poros. También recomiendo incluir la exfoliación entre una y dos veces por semana, según la tolerancia de la piel. Puede ser una exfoliación física suave (con partículas redondeadas y no agresivas) o una exfoliación química a base de alfa o beta hidroxiácidos, que ayudan a renovar las células sin fricción. Un ingrediente como el ácido salicílico, por ejemplo, es ideal para pieles con tendencia a puntos negros, ya que penetra en el poro y lo limpia desde dentro. El uso de mascarillas purificantes, a base de arcilla, carbón activo o ingredientes seborreguladores, también es un buen aliado. Pero, insisto, siempre combinados con hidratación. Uno de los errores más comunes es pensar que la piel grasa no necesita hidratación y, al contrario, cuanto más se deshidrata, más sebo produce como mecanismo de defensa.
¿Qué tratamientos recomiendo en cabina para eliminar los puntos negros?
En nuestros centros trabajamos con dos tratamientos que son clave para este tipo de pieles: Neoderma e Hydrafacial.
Neoderma
Neoderma es un tratamiento basado en una fórmula botánica con efecto peeling muy respetuoso con la piel, ideal para oxigenarla y purificarla sin agredirla. Actúa en profundidad sobre los poros, reduciendo su tamaño y evitando nuevas obstrucciones. Además, mejora la textura y el tono de la piel desde la primera sesión.
Hydrafacial
Hydrafacial por su parte, es una limpieza profunda y avanzada que combina exfoliación, extracción con tecnología de vacío e infusión de principios activos específicos según la necesidad de cada piel. Es uno de los tratamientos más demandados por sus resultados inmediatos y su efecto glow. Lo recomiendo tanto para quienes quieren tratar puntos negros como para quienes buscan una piel más luminosa y uniforme de forma segura y eficaz.
¿Podemos eliminar los puntos negros para siempre?
La respuesta es que podemos mantenerlos bajo control de manera muy efectiva, incluso llegar a eliminarlos si somos constantes. Pero la piel está viva, cambia, se renueva, y eso significa que hay que seguir cuidándola. Por eso hablo siempre de rutinas, no de soluciones puntuales. La clave está en crear hábitos que ayuden a la piel a autorregularse. Y eso, con las herramientas adecuadas, es completamente posible.
El primer paso: un diagnóstico personalizado
Antes de cualquier tratamiento o producto, siempre recomiendo acudir a un diagnóstico profesional. Es la mejor manera de entender qué necesita tu piel realmente y diseñar un plan eficaz. En nuestros centros realizamos diagnósticos personalizados en los que no solo analizamos el estado de la piel, sino también los hábitos, el entorno, e incluso el nivel de estrés que pueda estar afectando a la salud cutánea. Porque cuidar la piel no es solo aplicar productos: es comprenderla. Y cuando la entendemos, conseguimos que se transforme. Así de sencillo, y así de potente.
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