Cuando el poder de lo auténtico se convierte en un galardón de altura

Recibir un premio siempre es motivo de alegría. Pero cuando ese reconocimiento llega de la mano de una cabecera tan prestigiosa como Magazine de La Vanguardia, la emoción se multiplica. Por eso hoy quiero compartir con vosotros el Premio con el que me han sorprendido en la VII edición de los Premios de Belleza Magazine. Es el Premio Honorífico a toda una trayectoria profesional, y lo he recibido en un evento en el que el arte, la elegancia y la sensibilidad estética se han dado la mano para celebrar la excelencia con mayúsculas.

No soy mucho de hablar de mí, pero esta vez me vais a permitir hacerlo. Porque detrás de este premio no hay solo una marca, hay un equipo. Un grupo de profesionales que trabajan cada día con rigor, con entrega, con pasión. Que creen, como yo, que la belleza va mucho más allá de un tratamiento en cabina. Que creen, como yo, que el verdadero lujo está en cuidar desde el respeto, desde la verdad, desde la escucha.

Esta distinción reconoce una trayectoria, sí. Pero sobre todo, una forma de entender la profesión. Durante más de 50 años he dedicado mi vida a la estética, al estudio de la piel, al contacto con las personas. He vivido la transformación del sector desde dentro. Y si algo he aprendido es que solo desde la coherencia y el compromiso podemos ofrecer resultados reales.

Rodeada de compañeras y compañeros a los que admiro profundamente, me sentí honrada, emocionada y, sobre todo, agradecida. Porque no hay mayor reconocimiento que el que llega de la mano de periodistas que conocen el sector, lo analizan, lo cuestionan y lo valoran con criterio.

Lo viví como un homenaje a todos estos años de esfuerzo, pero también como un impulso para seguir. Porque sigo. Cada día. En mis centros. En la formación. En la investigación. Y, sobre todo, en el trato directo con cada persona que confía en nosotros.

En el acto, compartimos escenario con marcas extraordinarias, laboratorios de referencia y lanzamientos que han revolucionado el mercado. Que una firma como la nuestra, nacida del trabajo artesanal en cabina, sea hoy reconocida junto a grandes grupos internacionales, es una prueba de que cuando hay verdad, el mensaje llega. Y emociona.

Desde el inicio de mi carrera he defendido una belleza cercana, rigurosa y eficaz. Por eso, este premio es también un reconocimiento a nuestra filosofía: tratamientos personalizados, diagnósticos profesionales, tecnología estética avanzada y, sobre todo, manos expertas. Porque en tiempos de inmediatez, yo sigo creyendo en el poder de lo manual, de lo personalizado, de lo auténtico.

Una mención especial quiero hacer al jurado de estos premios, formado por periodistas de belleza que conocen el sector desde dentro, y que saben diferenciar lo que es una moda pasajera de lo que tiene alma y solidez. Gracias por mirar más allá de la etiqueta. Por valorar la constancia, la excelencia y la honestidad. Por apostar por quienes llevamos décadas trabajando con rigor y emoción.

Y gracias también a todos los que cada día nos elegís para cuidaros. Este premio es también vuestro. De las clientas que llevan conmigo desde hace más de treinta años. De las nuevas generaciones que llegan buscando lo mismo que buscaban sus madres: alguien en quien confiar.

Recibir este galardón no me hace mirar atrás. Me hace mirar hacia adelante. Con más ilusión que nunca. Con nuevos proyectos, nuevas fórmulas, nuevas ideas. Porque si hay algo que me mueve es la vocación. Y la certeza de que cada persona merece sentirse bien en su piel. Esa ha sido siempre mi misión. Y lo seguirá siendo.

Gracias, Magazine, por este reconocimiento. Gracias a todo mi equipo. Y gracias, de corazón, a cada una de las personas que hacéis posible este sueño.

Seguimos. Juntas. Y con la piel por bandera.