Cuando te falta ligereza, como si arrastraras todo el día un peso añadido, incluso si tu piel está apagada, envejecida y con un tono nada favorecedor, puede que te esté dando una señal de alarma clara: quizás falla algo en tu sistema linfático. Pero no te preocupes porque en Carmen Navarro te ofrecemos una guía rápida para que tengas a mano todos los detalles que te harán amar los masajes de drenaje linfático.
Lo primero que debemos tener claro es en qué consiste un masaje de drenaje linfático
Se trata de una técnica de masajes suaves, superficiales, rítmicos a lo largo de distintas zonas del cuerpo (o rostro) con el fin de mejorar la circulación de la linfa y, como consecuencia, el sistema linfático. Nos ayuda a liberar edemas y cualquier tipo de anomalía que se deriva de esa mala circulación. No olvidemos que la linfa es como el camión de la basura encargado de llevar todos los deshechos que se producen en el proceso de nutrición que realizan nuestras células. Si ese «transporte» no funciona de manera correcta se producen edemas, quedando detenidos y estancados líquidos y sustancias.
El drenaje linfático se encargará de ayudar a «desatascar» y liberar esas áreas arrastrando los líquidos al sistema circulatorio. Tampoco debemos olvidar que el sistema linfático cumple con una función de defensa fundamental gracias a los ganglios linfáticos y que debemos cuidar.
¿Qué beneficios aporta un masaje linfático?
Los beneficios son muchos ya que es clave para mantener el sistema linfático en perfecto funcionamiento. Con el drenaje conseguimos reducir la inflamación que se produce por la retención de líquidos gracias a que reactivamos la circulación linfática, eliminando los deshechos del organismo. Los ganglios linfáticos recuperan su funcionamiento correcto, y de manera paralela combatimos la celulitis, y mejoramos el aspecto de la piel. Sin olvidar el efecto relajante conseguido, clave para nuestra salud y para mejorar nuestra calidad de vida. También mejora la circulación sanguínea, algo que agradecen de manera especial aquellas personas que tienen varices o realizan tareas que les implican permanecer demasiadas horas de pie o sentadas. Los nutrientes llegan mejor a nuestros tejidos y, tras la sesión, necesitamos seguro ir al baño, señal inequívoca de que estamos empezando a liberar esas toxinas y deshechos que estaban «atrapados».
¿Cómo se realiza un drenaje linfático?
Lo realizamos con maniobras suaves, con movimientos repetitivos y lentos siguiendo el camino de los conductos linfáticos. Son movimientos de bombeo, con presiones que, insistimos, buscan eliminar las toxinas de manera natural a través de la linfa. Es indoloro, relajarte y dura al menos 60 minutos.
¿Debemos hacerlo también en el rostro?
Por supuesto, con él conseguiremos mejorar de manera muy visible el aspecto y la salud de la piel, facilitar la circulación sanguínea y, de manera paralela, fortalecemos la musculatura, consiguiendo aportar luminosidad a la piel y provocar un efecto de rejuvenecimiento paralelo. Si además sufres estrés y/ o cansancio, su efecto balsámico es absoluto. Pero no olvides que es clave ponerse siempre en manos profesionales que conozcan a la perfección la técnica.
El masaje del Doctor Vodder, el masaje drenaje linfático por excelencia
Siempre he apostado por el masaje linfático del Doctor Vodder. En su momento descubrió que realizando esta técnica incluso mejoraban los resfriados que padecían sus pacientes. Por lo que, insisto, es una técnica que mejora nuestro estado de salud en general, al margen de los beneficios obtenidos en el estado de nuestra piel. Solo necesitamos unas manos expertas que estimulen el movimiento de la linfa con el fin de activar los vasos linfáticos, mediante bombeos suaves provocando el drenaje y la eliminación de los deshechos.
¿Cuántos se necesitan y con qué periodicidad?
Depende de cada caso. Pero lo podríamos hacer todos los días si pudiéramos. Sería fantástico para mantenernos sanos. Luego depende de cada caso y siempre debemos establecer el número de sesiones mediante diagnóstico. Para trabajar una retención de líquidos, entre 2 y 4 puede resultar efectivo pero, insisto, depende de cada caso y del objetivo que estemos buscando. Lo ideal es comenzar con dos a la semana y continuar luego con uno semanal hasta alcanzar los resultados buscados.