¿No sabes cómo debes preparar tu piel para el otoño? Solo tienes que seguir leyendo y luego ponerlo en práctica. En general en verano, durante la vacaciones, relajamos nuestras rutinas. Entre ellas está la del cuidado de nuestra piel.
Por eso, a la vuelta, igual que nos ponemos una lista de propósitos saludables también aumentan las consultas sobre los cuidados que debemos realizar durante el otoño. Además, en muchos casos, aparecen manchas. O en las pieles con tendencia al acné, que durante el verano han experimentado una notable mejoría, ven cómo rebrota con virulencia. Por eso es lógico que aumenten los productos cosméticos que debemos aplicar y, por supuesto, los tratamientos demandados en cabina.
¿Qué texturas son mejores para cuidar la piel en otoño?
Depende más bien del tipo de piel que tengamos y del momento en el que se encuentre. Incluso del lugar en el que vivamos porque también el clima afecta, sin olvidar los gustos personales. Lo importante es realizar un diagnóstico certero y empezar a trabajar desde ese preciso instante.
Por ejemplo, para cuidar una piel madura en otoño, necesitaremos una dosis alta de nutrición e hidratación. Es bastante recomendable realizar un tratamiento de choque en los cambios estacionales . El objetivo es preparar la piel y conseguir que los principios activos penetren correctamente. ¿Qué hacen las cremas enriquecidas con texturas un poco más densas? Restauran la barrera hidrolipídica que se encarga de proteger la piel y preservar la hidratación. Sin olvidar que, especialmente por la noche, necesitamos cosméticos que aceleren la producción de colágeno y elastina. Conseguirás recuperar la elasticidad y firmeza.
Abriga tu piel para las bajas temperaturas
En otoño necesitamos en general cosméticos que nos ayuden a combatir los cambios bruscos de temperatura, como es el caso del Restaurador de la Piel con péptidos miméticos .
Los cambios de temperatura pueden producir además de sequedad y de apagar el tono de la piel, couperosis… Además de seguir protegiéndonos del sol, debemos hacerlo del frío.
Los cambios bruscos de temperatura perjudican nuestra piel
Pero no olvidemos que no se trata de sobrecargar sino de darle a cada piel lo que necesita. No por sumar excesivos productos va a ser mejor el resultado. Debemos ir tratando la piel en cada momento y situación. Tenemos que atacar el problema principal y luego ir cambiando el cosmético a medida que la piel vaya evolucionando.
Un ejemplo: si nos encontramos con una piel sensible tendremos que calmar y equilibrar en primer lugar. Una vez conseguido, aportar los principios activos que necesite según la edad, arrugas, falta de luminosidad… Lo ideal es seguir una buena dinámica que se puede conseguir en pocos pasos, recordando siempre la importancia de la personalidad y necesidades de cada piel.
