Si antes de la pandemia pasábamos tiempo «enganchados» a las nuevas tecnologías, durante esta etapa se ha incrementado el consumo de contenidos a través de los móviles, tablets y ordenadores. Y eso repercute en las necesidades que se han generado en las pieles de nuestros clientes. Es el momento de pasar a la acción y poner remedio.
El conocido como Tech Neck, cuello tecnológico, es una realidad que apreciamos cada vez más en nuestros diagnósticos y que, además, ha empezado a aparecer antes de tiempo, en cuellos jóvenes que muestran un envejecimiento prematuro por el uso excesivo de las nuevas tecnologías y por la postura tan forzada de manera continuada. Esas posturas, provocando una tensión constante en la zona, levantando y agachando la cabeza, encogiendo el cuello, provoca que, por ejemplo, los surcos (los conocidos como cuellos de Venus) se marquen de manera más acentuada.
Y no solo influye la postura sino también la luz azul que emiten los dispositivos y que dañan la piel. Estar sobreexpuestos a la luz azul eleva el riesgo de hiperpigmentación, pero aún hay más, daña la elasticidad de nuestra piel. La Luz azul tiene la capacidad de penetrar en nuestra piel, incluso aún más que los rayos UV, creando radicales libres y rompiendo de esta manera las estructuras celulares. La consecuencia más directa y visible es que disminuye la elasticidad de la piel y daña la estructura de sus células. Y provoca el envejecimiento prematuro. Sumando todas las consecuencias que alteran el estado de salud de nuestra piel, el resultado final es que hemos visto acelerado el envejecimiento prematuro como consecuencia del llamado envejecimiento digital.
¿Cómo combatirlo?
En primer lugar, hidratando y evitando las posturas forzadas, desconectando y marcándonos un tiempo para el consumo de tecnologías y un tiempo tecnología free que nos permita evitar esas arrugas tan marcadas. Como tratamiento, contamos con lo último en tecnología a la hora de tratar los anillos de Venus: ENDYMED PRO. Es nuestro último tratamiento antiaging para acabar con el envejecimiento causado por el abuso de las nuevas tecnologías. Se trata de una radiofrecuencia fraccionada. A través de microagujas de oro produce columnas de coagulación en el tejido. Permite la renovación en profundidad de la piel del cuello, tensando y rejuveneciendo. Resultados: desde la primera sesión, muy efectivos después de 6. Duración de los efectos: un año, aconsejando mantenimiento cada 6 meses.
También aconsejamos después de realizar la fase de limpieza facial, realizar un masaje ascendente con un cosmético que nutra e hidrate la zona. Y para protegerlo de las agresiones de la luz azul os recomendamos CELL’DEFENSE SPF 30 y SPF 50 de María Galland. Crea un escudo invisible, protege las células del daño oxidativo,aporta luminosidad y reduce la aparición de manchas.