Está claro que nuestro cuerpo evoluciona con el paso del tiempo. Y por eso a cada edad le corresponde un tratamiento corporal. Hoy os contamos cómo combatir esas zonas que más os preocupan en las décadas de los 20 y de los 30.
1. A partir de los 20, objetivo cartucheras
Las hormonas en esta etapa empiezan a tranquilizarse después de la adolescencia. Y en algunas ocasiones no es de extrañar que se produzcan acumulaciones de grasa en caderas, muslos… dando lugar incluso a las temidas cartucheras que tanto disgustan a las mujeres.
De hecho, aunque se trata de una edad temprana, cada vez es más frecuente encontrarnos con chicas jóvenes con cartucheras muy pronunciadas y/o con problemas de celulitis. En estos casos es fundamental poner remedio cuanto antes y el tratamiento que mejor nos está funcionando es ADIPOLOGIE . Una de las cosas que más gusta a nuestras clientes cuando lo prueban es que notan el resultado nada más acabar la sesión y al salir solo quieren pedir nueva cita.
Adipologie trabaja con ultrasonidos de alta intensidad y baja frecuencia dirigidos a redefinir la silueta de manera impactante. Conseguimos reducir y remodelar, además de eliminar celulitis. Aportamos firmeza desde el interior compactando el tejido y definiendo de manera eficaz, como si estuviéramos haciendo un traje a medida. Rebaja hasta varios centímetros desde la primera sesión.
El resultado: ultra firmeza y una nueva silueta. Estimula el colágeno en la hipodermis, un gran avance que compacta y rejuvenece el tejido desde dentro.
2. A partir de los 30, objetivo pecho en su sitio
Aunque hay varios frentes que debemos atacar en esta etapa, el pecho es un gran clásico que nos preocupa a esta edad. Los tejidos empiezan a perder su vigor y tersura porque la producción de colágeno en nuestro organismo empieza a ralentizarse. De hecho, a partir de los 25/30 empezamos a envejecer (por mucho que nos duela y nos llame la atención).
Una de las zonas clave en este momento de la vida de la mujer es el pecho: especialmente en mujeres que experimentan la maternidad y la lactancia. Podemos experimentar aumento y disminución de volumen drásticos y eso provoca un cambio en el pecho evidente.
Si a eso sumamos el efecto yo-yo, no nos resulta tan fácil perder peso y cuando lo hacemos, lo recuperamos con demasiada facilidad, el pecho se resiente y necesitamos regenerar y tonificar la piel, aumentar la síntesis de las fibras de sostén como el colágeno y la elastina, oxigenar los tejidos y mejorar el metabolismo celular para que el pecho recupere su posición original.
Es muy importante la constancia para lograrlo y por eso recomendamos realizar un tratamiento específico para conseguirlo. Emplearemos Zionic, la medusa reductora. Su forma recuerda a la de una medusa y sus tentáculos son los rodillos utilizados para realizar el masaje activo.
¿Qué conseguimos? Estaremos realizando una acción más profunda y reactivando los procesos metabólicos que empezamos a sentir adormecidos. Conseguimos una acción triple: dérmica, vascular y muscular. El objetivo de remodelar, tonificar y reafirmar estará conseguido. Y además estaremos aliviando las tensiones musculares provocadas por el estrés y la tensión que también aumentan en este período de máxima actividad personal y profesional. Se recomiendan 8 sesiones de 70 minutos, 2 a la semana 82€ sesión.